Ginebra, 3 feb (PL) El cambio climático y la superpoblación afloraron hoy aquí como los principales azotes de Bangladesh, a raíz de la presentación de su informe ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas.
Un pequeño país asiático con 150 millones de habitantes, 63 millones de los cuales viven todavía en la pobreza extrema, que sufre de forma casi permanente de inundaciones, huracanes, deforestación, erosión y degradación de los suelos y los ríos.
Panorama desolador expuesto por la ministra del Exterior de Bangladesh, Dipu Moni, quien al mismo tiempo relató los esfuerzos que realiza su Gobierno en la lucha por el desarrollo al tiempo que reclamó el incremento de la ayuda internacional.
En el capítulo de los comentarios de los delegados en la IV Sesión del Examen Periódico Universal del CDH, el representante cubano Juan Carlos Frómeta encomió los esfuerzos de esa nación para combatir el hambre y la pobreza.
Recordó que tal actitud tiene especial relevancia cuando los países ricos se apresuran a otorgar a los bancos gigantescas sumas dinero, que de haber tenido la voluntad política necesaria, hubiesen servido para paliar la situación del subdesarrollo.
Igualmente, otros diplomáticos de Venezuela, Nicaragua, Indonesia, Brasil, Chile, Vietnam, Turquía y Francia señalaron la necesidad de que casos como el de Bangladesh recuerdan la necesidad urgente de elevar los mecanismos de asistencia.
No es posible conseguir la verdadera implementación de los derechos humanos cuando la pobreza multiplica la inseguridad física y la vulnerabilidad económica, admitió la canciller Moni.
De forma abrumadora se escucharon en el Palais de Nations de Ginebra fuertes emplazamientos relacionados con la violencia doméstica, el maltrato a las minorías étnicas y a prácticas discriminatorias, con acento en la mujer
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