31 octubre 2009

Cambio climático: peligro en el que pocos creen

Un experto estadounidense advirtió que existe el riesgo de que se infravalore el impacto de la acción humana en el medio ambiente


"El peligro es que mucha gente piensa que el calentamiento global no es un problema", advirtió el doctor Paul Mayewski, director del Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine (Estados Unidos).
"A pesar de que la defensa del sistema natural frente al calentamiento global se está volviendo cada vez más débil, existe el riesgo de que se infravalore el impacto de la acción humana en el cambio climático", explicó en entrevista con Efe.
Paul Mayewski es uno de los sesenta investigadores de todo el mundo que se han dado cita esta semana en la ciudad chilena de Punta Arenas, en el extremo austral de América, para debatir sobre las nuevas evidencias y los retos derivados del Cambio Climático en la Región de Magallanes y la Antártica.
Este investigador, uno de los mayores expertos a nivel mundial, pone como ejemplo lo que sucede en Estados Unidos, donde a pesar de que la evidencia científica del factor humano en el calentamiento global es innegable, el 60% de los ciudadanos se muestra escéptico, tal vez porque el último año ha sido excepcionalmente frío.
"Lo que pasa es que en estos momentos estamos en un periodo de muy baja actividad solar, pero tenemos que tener en cuenta que hay una gran diferencia entre lo que ocurre un año y lo que sucede a largo plazo", explicó. "El ejemplo clásico es lo que pasó en el hemisferio norte con las emisiones de azufre", señaló.
A comienzos del siglo XX solo se registraban niveles altos cuando había erupciones volcánicas, pero en la década de los sesenta, en pleno auge industrial, los episodios volcánicos no podían observarse, porque quedaron totalmente eclipsados por las emisiones industriales de azufre.
Mayewski aseguró que "eso mismo sucede hoy con el calentamiento global", el sistema natural dependía del clima hasta que los gases de efecto invernadero provocados por la actividad humana empezaron a ser más poderosos.

28 octubre 2009

Experto dice cambio climático obligará a reajuste relaciones internacionales

El secretario ejecutivo del Acuerdo Europeo y Mediterráneo sobre Riesgos Mayores del Consejo de Europa, Eladio Fernández-Galiano, ha afirmado hoy que el cambio climático conllevará una disminución de las lluvias en los próximos años y, en consecuencia, de los recursos en muchas zonas del planeta, lo que obligará a un reajuste en las relaciones internacionales.
Fernández-Galiano ha hecho estas declaraciones en Murcia, tras intervenir, junto a la directora general de Protección Civil y Emergencias, Pilar Gallego, en un seminario europeo sobre el impacto del cambio climático en el aumento de los riesgos naturales, al que asisten alrededor de 40 expertos de la ONU y del Consejo de Europa.
A juicio de Fernández-Galiano, las consecuencias del cambio climático, que ha calificado de "inevitable", ya se están notando y en pocos años serán más perceptibles, ya que las previsiones son que en unos 70 u 80 años las lluvias disminuyan un 40 por ciento, lo que provocará "grandes sequías" en algunas zonas del planeta que provocarán falta de alimento.
Ha añadido que el cambio climático también originará un incremento de las temperaturas en las próximas siete u ocho décadas de unos dos grados, que en la zona mediterránea podría ser de tres grados, por lo que habrá que "adaptarse a esas condiciones".
Ante esta perspectiva, el experto del Consejo de Europa ha reiterado la necesidad a corto plazo de modificar las relaciones entre países y también entre regiones para que el agua vaya de donde hay más a donde hay menos.
También ha abogado por "el buen uso del agua" y por una redistribución de ésta, que permita nutrir a todos los sectores, ya que actualmente el 80 por ciento de este recurso va a la agricultura.
Así mismo, ha abogado por la potenciación de las nuevas tecnologías para hacer frente al cambio climático porque, a su juicio, "todavía hay tiempo".
Por su parte, Pilar Gallego ha dicho que los desastres naturales afectan en mayor medida a los países menos desarrollados, lo que "implica un grave impedimento para su crecimiento económico", por lo que es necesaria la aplicación de políticas activas de prevención de desastres que reduzcan esas pérdidas y faciliten la transferencia de recursos técnicos y financieros de los países más desarrollados, lo que facilitará un desarrollo sostenible.
Gallego ha explicado que así lo contempla la denominada "Declaración del Milenio", aprobada en la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible de 2002 y también la II Conferencia Mundial sobre Reducción de Desastres, celebrada en Kobe (Japón) en 2005, donde se acordó un programa con los principios y directrices que deben guiar la actuación de los estados y de las organizaciones internacionales para hacer frente a los desastres.
Según Gallego, los planes de prevención de riesgos que tiene España son "abiertos y flexibles", ya que el cambio climático puede producir una intensificación de los mismos, aunque ha asegurado que el Estado "está preparado" y cuenta con los protocolos necesarios para hacerlos frente.
Este seminario, que se ha desarrollado durante ayer y hoy en Murcia, ha tenido como objetivo profundizar y avanzar en las metodologías de evaluación de los riesgos considerando los distintos escenarios que ofrece el cambio climático, adoptar las medidas preventivas para abordar este problema y analizar cómo comunicar las especificidades naturales del cambio climático.

La ONU anticipa demoras en un tratado sobre cambio climático

NACIONES UNIDAS (AP) - Pocas semanas antes de una conferencia internacional sobre el cambio climático, Naciones Unidas redujo sus expectativas de alcanzar un acuerdo sobre un nuevo tratado para hacer frente al calentamiento global.
Janos Pasztor, director del Equipo de Apoyo para el Cambio Climático, afirmó el lunes que "es difícil determinar hasta dónde será capaz de avanzar la conferencia" debido a que el Congreso de Estados Unidos no ha convenido un proyecto sobre el clima, y las naciones industrializadas tampoco han coincidido en los objetivos para reducir sus emisiones de anhídrido carbónico o para financiar la ayuda a países en desarrollo a fin de limitar sus emisiones.
El secretario general Ban Ki-moon, quien hizo de un nuevo tratado su prioridad, presidió una cumbre el 22 de septiembre y realizó numerosos viajes en procura de un acuerdo global que reemplace el Protocolo de Kioto de 1997 que sólo requiere que 37 naciones industriales reduzcan sus emisiones.
Pasztor dijo en una conferencia de prensa que "hay una intensa actividad de gobiernos para configurar" la conferencia sobre cambio climático en Copenhague a principios de diciembre, lo que consideró "un acontecimiento positivo". Pero anticipó que Copenhague probablemente no producirá un tratado.
"El secretario general cree que debemos mantener el impulso político establecido por los 101 jefes de estado y de gobierno que asistieron a la cumbre sobre cambio climático y seguir en busca de un acuerdo ambicioso, políticamente obligatorio, en Copenhague que abra el camino para futuras negociaciones que lleven a un acuerdo global legalmente obligatorio", dijo Pasztor.
Ban visitó Seattle el lunes para promover acciones sobre el cambio climático. El secretario general de la ONU dijo en una conferencia de prensa que todavía cree que Estados Unidos producirá una medida ambiciosa que estimule a otras naciones a tomar medidas para limitar las emisiones de carbono.
"Estoy muy estimulado por el firme compromiso del gobierno de (Barack) Obama", dijo Ban.

24 octubre 2009

Miles de manifestantes en el Día Internacional de Acción Climática

Miles de manifestantes salieron a la calle el sábado desde Sídney hasta Estocolmo, pasando por París, Berlín o Madrid, para movilizar a la opinión pública mundial sobre el problema del calentamiento climático, cuando faltan cinco semanas para la Conferencia de Copenhague.
Este Día internacional contra el cambio climático comenzó en Sídney, donde miles de manifestantes se dieron cita en el puerto y en la célebre playa de Bondi.
Allí desplegaron banderolas con la cifra "350", en alusión a la concentración de CO2 en la atmósfera: 350 partes por millón (ppm), una cantidad que, según algunos científicos, no hay que sobrepasar para evitar que el calentamiento global se vuelva incontrolable.
Otros manifestantes formaron en la escalinata de la Opera de Sídney el número 350 con sus cuerpos, mientras las campanas de la catedral repicaban 350 veces.
En la Puerta del Sol madrileña, miembros de la Plataforma contra el Cambio Climático, compuesta por organizaciones sociales, ecologistas y sindicales, hicieron una parodia titulada "las consecuencias catastróficas del cambio climático para el planeta".
En un comunicado, esta plataforma llamó a las autoridades a dar prioridad a la lucha contra el calentamiento global a pesar de la crisis económica.
En el centro de París, unas doscientas personas hicieron sonar sus teléfonos móviles y despertadores a las 12H18 exactas, en referencia al 18 de diciembre, día de clausura de la conferencia sobre el clima que comenzará en Copenhague el 7 de ese mes.
Los manifestantes querían así "despertar" a los políticos, empezando por el presidente francés Nicolas Sarkozy, para que se preparen para la conferencia, precedida por una cumbre europea los 29 y 30 de octubre. "Nicolas, despiértate", se leía en una pancarta.
La Conferencia de Copenhague se propone fijar un nuevo tratado internacional sobre el clima para reemplazar al Protocolo de Kioto, que expira en 2012.
Pero el primer ministro danés, Lars Loekke Rasmussen, ya advirtió que las negociaciones no van lo rápido que deberían para alcanzar un acuerdo internacional en Copenhague.
También hubo concentraciones, convocadas por organizaciones defensoras del medio ambiente, de derechos humanos y de solidaridad internacional, en Marsella (sudeste de Francia), donde se celebrará en 2012 la sexta edición del Foro Mundial del Agua.
En Estocolmo, unos treinta manifestantes se juntaron en el centro de la ciudad bajo una banderola que exigía "negociaciones sobre el clima enseguida".
En Berlín, unos 350 manifestantes, que llevaban mascarillas con el retrato de la canciller alemana Angela Merkel, se dieron cita delante de la céntrica Puerta de Brandeburgo. "La hora del ´quizá sí, quizá no´ pasó", afirmaba una banderola.
Los militantes por la defensa del medio ambiente en Estambul se manifestaron en un barco en el que desplegaron una banderola con el lema: "El Sol, el viento, ahora". De forma simbólica colocaron su embarcación bajo el principal puente que atraviesa el Bósforo y une Europa a Asia. "Empleos, clima, justicia", reclamaba otra pancarta.
AFP

18 octubre 2009

Subida de los mares hace peligrar varias grandes ciudades

Esta ciudad de 20 millones de habitantes surgió del mar y es hoy una urbe moderna, con rascacielos que perforan las nubes, erigidos sobre planicies formadas por mareas alimentadas por el imponente río Yangtsé.
El futuro de Shanghai depende ahora de que se encuentren formas de contener precisamente el impacto de esas mareas.
El calentamiento global y el derretimiento de glaciares y de masas de hielo polar hacen que aumente el nivel de los mares en todo el mundo, poniendo en peligro a decenas de millones de personas que viven en zonas costeras y en islas vulnerables a las inundaciones y a otras catástrofes climáticas.
Shanghai se encuentra a escasos tres metros por encima del nivel del mar y es una de decenas de ciudades grandes _incluidas Londres, Miami, Nueva York, Nueva Orleáns, Río de Janeiro, Buenos Aires, Mumbai, El Cairo, Amsterdam y Tokio_ amenazadas por el creciente nivel de las aguas, que suben a un ritmo dos veces más rápido que el pronosticado hace pocos años.
Las estimaciones sobre el crecimiento varían, pero Stefan Rahmstorf, un respetado experto del Instituto Potsdam de Alemania, dice esperar un crecimiento de un metro en este siglo y de hasta cinco metros en los próximos 300 años.
Si bien este es un fenómeno mundial, los peligros más inmediatos probablemente se encuentren en el sudeste asiático.
Las ciudades chinas son de las más comprometidas. Para empezar, tienen enormes poblaciones _tan solo en el delta del Yangtsé hay unos 80 millones de personas_ y crecen rápidamente. Son centros financieros e industriales que podrían sufrir pérdidas monumentales por la subida de las aguas, según los expertos.
El nivel de las aguas crece constantemente en Shanghai, salinizando sus reservas de agua fresca, complicando el drenaje de las aguas contaminadas de las inundaciones y erosionando las tierras del delta que constituyen la cimiente de la ciudad.
Los planificadores no parecen apremiados por buscar soluciones pues aparentemente consideran que tienen tiempo. Shanghai prefiere destinar su dinero a mejorar su infraestructura con la construcción de nuevos puertos, puentes, aeropuertos y zonas industriales sobre la misma costa.
"Shanghai no va a estar debajo del agua en 50 años. No se avecina ninguna catástrofe", afirmó Zheng Hongbo, geólogo que dirige la Facultad de Ciencias de la Tierra e Ingeniería en la Universidad de Nanjing.
"En el plano científico, sin embargo, esto es un problema, nos guste o no", afirmó Zheng, señalando hacia los sectores de la costa de Shanghai que se cree están siendo consumidos por la erosión causada por el creciente nivel de las aguas.
La leyenda dice que el emperador Yu el Grande controló las inundaciones en el período neolítico dragando nuevos canales capaces de absorber el exceso de agua. En los tiempos modernos, la ciudad se hunde desde hace décadas, gracias al bombeo de aguas subterráneas y a la construcción de miles de rascacielos.
Los ingenieros refuerzan hoy las esclusas y diques construidos para contener las aguas de los ríos, que suben por la acumulación de lodo y el hundimiento de la ciudad.
"De niños jugábamos en la ribera de los ríos y nadábamos en el agua, pero el río es más profundo hoy", comenta Ma Shikang, ingeniero que supervisa la principal esclusa de Shanghai, mientras apunta hacia casas por debajo del nivel de las aguas cerca de la famosa ribera del Bund, el nombre que dieron los británicos a la zona del malecón de la ciudad.
Dos veces al día, la esclusa de 100 metros de extensión, por la que el riachuelo Suzhou vuelca sus aguas en el río Huangpu, es abierta para regular el flujo de las aguas por el vasto laberinto de canales y arroyos.
La esclusa tiene una altura de 5,86 metros y se supone que puede resistir una subida de las aguas de esas que ocurren una vez cada mil años. La subida más grande que ha enfrentado Shanghai en los tiempos modernos fue de 5,72 metros durante un tifón de 1997.
Los diques a lo largo del Bund y de otras vías fluviales tienen 6,9 metros de altura y ofrecen mejor protección que las que tienen ciudades como Miami y Nueva York, pero de todos modos serían desbordadas si se produce una creciente como la que ocurrió con el huracán Katrina de Nueva Orleáns, que fue de 8,5 metros.
Shanghai contempla construir barreras más altas todavía, como las de Londres, Venecia y Holanda.
Casi una cuarta parte de la humanidad vive en zonas costeras bajas y sigue llegando más gente a esos sectores.
Un estudio de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica (ODCE) estimó en 2007 que 40 millones de personas viven en áreas vulnerables a inundaciones graves y que para el 2070 esa cifra podría llegar a los 150 millones.
Las condiciones climáticas extremas agravarán situaciones ya de por sí precarias. En septiembre, por ejemplo, la tormenta Kestana dejó el 80% de Manila bajo el agua. Haikou, en el sur de China, también sufrió tremendas inundaciones y Vietnam tuvo que evacuar más de 350.000 personas por el paso de la tormenta.
Algunas islas del Pacífico, como la pequeña Tuvalu, podrían ser sumergidas por las aguas en un futuro cercano. El ministerio del ambiente de Vietnam calcula que más de un tercio del delta del Mekong, donde se cultiva casi la mita del arroz que produce el país, quedará sumergido si las aguas del mar suben un metro.
Bangladesh está gastando miles de millones de dólares en diques y barreras, y busca ayuda internacional para evitar inundaciones que podrían desplazar a hasta 35 millones de personas.
Si bien la mayor parte de China es árida, tiene zonas costeras bajas que deben ser evacuadas cuando hay tifones y muchas de sus ciudades más grandes corren peligro, según el informe de la ODCE.
"China ha tenido un enorme desplazamiento de gente hacia las zonas costeras, pero hubiera sido mejor evitar la llegada de gente a esas áreas bajas de la costa", dijo Gordon McGranahan, director del departamento de asentamientos humanos del Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo.
Restos de antiguas barreras marinas indican que buena parte de lo que es hoy Shanghai estaba bajo el agua o eran pantanos hasta el siglo VII u VIII d.C.. A lo largo de miles de años, muchos asentamientos humanos desaparecieron o se trasladaron a otros sitios al crecer el nivel de las aguas.
En el futuro es posible que, para evitar tener que irse, se construyan edificios capaces de soportar la subida del nivel de las aguas, según el arquitecto Hui-Li Lee.
"Hay muchas cosas que están fuera de nuestro control, pero si sabemos que va a haber inundaciones, hay que tomar medidas", manifestó. "Al observar un mapa, hay que pensar que en 30 o 50 años esa zona puede estar debajo del nivel del mar". (AP)

11 octubre 2009

España apuesta por una Antártida Verde

Hace 400 años, un almirante palentino llamado Gabriel de Castilla atisbó desde su barco, mientras perseguía a unos piratas, un paisaje helado que hoy conocemos como el sexto continente, la Antártida.
Una base de investigación española en la isla Decepción, junto a la península antártica, fue bautizada hace ahora 20 años con su nombre. En estas dos décadas, la Base Gabriel de Castilla, gestionada por el Ejército de Tierra, se ha convertido en una moderna instalación científica que este año recibirá la certificación medio ambiental por su especial cuidado con el entorno.
Este es uno de los objetivos con los que se inicia, en unas semanas, la campaña de 2009-2010 en Isla Decepción, con una duración de 107 días. Está previsto que este año pasen por allí 18 militares, que se encargan de la logística, y 52 investigadores de diferentes instituciones, con 11 proyectos científicos.
No muy lejos se encuentra la otra instalación antártica española, la Base Juan Carlos I, gestionada por el CSIC, y ambas se completan con el buque Oceanográfico Hespérides y el buque Las Palmas.
Situada a 13.000 kilómetros de distancia de España, la Gabriel de Castilla de hoy poco tiene que ver con aquel pequeño refugio de sus primeros años, dentro de la bahía del cráter inundado de un volcán.

Ampliación del espacio habitable

Las sucesivas ampliaciones de sus pabellones (la última se acabará este año)han permitido aumentar el alojamiento hasta las 28 plazas, contar con un depósito de 12.000 litros de agua y 10.000 de gasoil (para los grupos eletrógenos que proporcionan la electricidad y los vehículos) y separar los espacios de ocio y trabajo, lo que ha facilitado mucho la dura vida en la base.
Así lo reconocían muchos de sus visitantes en el I Foro Antártico, organizado por el Ministerio de Defensa, que se celebró hace unos días en Zaragoza. Muchos señalaban que la sensación en el exterior es la misma que "dentro de una nevera", con temperaturas que oscilan entre 5 y 50 grados bajo cero.
El general Álvaro de la Peña Cuesta, coordinador de la misión, recordaba la exigente selección de los militares que cada año van a la Base, en esta ocasión bajo la batuta del comandante José Gonzálvez Vallés. Los 18 elegidos (entre ellos dos mujeres, las cocineras), han tenido que realizar cursos especiales de entrenamiento para esta campaña. Incluso han aprendido a hacer pan.
Para conseguir el certificado medioambiental, una prioridad para los mandos de la Base, se ha adaptado la recogida selectiva de basuras:todo lo que no se quema en la incineradora que tienen (es decir, todo lo que contamina el aire), se saca de la isla; también se ha fijado un consumo máximo de agua (180 litros por persona al día) y se intentan minimizar las emisiones contaminantes.

Energías renovables

De momento, los intentos de instalar energías renovables no han tenido éxito. "Los aerogeneradores se rompen con las tremendas ráfagas de viento de hasta 300 kms/ h, y la energía del Sol llega tan débil que no es suficiente", reconoce el veterinario Ángel Santos, responsable del Órgano de Apoyo al Medio Ambiente. Otro problema es cómo hacer llegar estos grandes equipos hasta allí.
Aún así, tener un suministro energético sostenible es el reto que todos los países quieren alcanzar. Bélgica presentó este año una base que, en teoría, funciona sólo con energías limpias. Pero, al parecer les está dando problemas.
Varios de los expertos reunidos en Zaragoza apostaban por las posibilidades de la energía geotérmica en una región volcánica, como es Isla Decepción.
Juan José Dañobeitia, de la Base Juan Carlos I, señalaba que allí sí utilizan energías renovables para mantener activa todo el año una web que envía información sobre la instalación, pero reconocía que "debe haber un equilibrio entre lo renovable y lo sostenible" para que todo funcione.
Esa protección ambiental, prioritaria en el Tratado Antártico, es también el eje de muchos de los trabajos científicos que se realizan en la base. Así lo explicó Margarita Yela, coordinadora del Programa Polar de Investigación, quien destacaba la importancia de la Gabriel de Castilla en los estudios del cambio climático, ecología química, vulcanología, astrobiología y un largo etcétera.
El geólogo Jerónimo López fue el encargado de poner de manifiesto la importancia de estar presentes en la Antártida: "Las zonas del planetas que más se han calentado en 50 años son los polos. Hasta 3ºC algunas zonas en la Antártida, aunque a la vez aumenta el mar helado, y ello puede cambiar la circulación oceánica global", argumentó.

El impacto del turismo

"Además", continuó, "gracias a los trabajos desarrollados allí se descubrió el agujero en la capa de ozono, y se limitó el uso de CFCs". En definitiva dejó claro que "los polos son un lugar en los que tener la vista puesta y España debe estar ahí", pero siempre de una forma coordinada entre todas las instituciones implicadas porque allí "no se va por ir".
Por su parte, el biólogo Javier Benayas del Álamo, que el año pasado inició un proyecto sobre el impacto humano en la Antártida, puso el dedo en la llaga del turismo comercial que amenaza al continente: más de 45.000 turistas pasaron por allí en la campaña 2007/08 en barcos gigantescos.
Su rastro de basura, pintadas e hidrocarburos son impactos que, según Benayas, "se acabarían con un mayor control", que podría ser realizado por los responsables de las bases de investigación que allí tienen los países.
El general Jaime Domínguez reconocía que ese control de tránsito de buques, que podrían sufrir un accidente en una zona que es muy peligrosa, sí es necesario, si bien aclaró que requiere un acuerdo internacional.

04 octubre 2009

Se agrandan las grietas en la Antártida


El cambio climático, que provoca aumentos de la temperatura en la Antártida, incrementó la cantidad de peligrosas grietas de hasta 200 metros de profundidad que ponen en riesgo a turistas e investigadores que recorren la zona.
En los últimos 50 años en la península antártica la temperatura aumentó en 2,5 grados Celcius.
Diversos expertos dijeron a El Mercurio que el aumento de las grietas se produce especialmente en zonas donde la capa de hielo es menos densa.
La fragmentación de las masas heladas deriva en trampas mortales y por ello científicos y militares chilenos trabajan en la zona buscando formas de detectar y marcar esas grietas.
"Estudiamos los patrones que identifican una grieta para cada uno de los sistemas. Los estudios realizados desde diciembre de 2006 están enfocados a determinar esa capacidad de detección", afirmó Carlos Cárdenas, ingeniero civil y doctor en sistemas de radar.
El investigador trabaja junto al Centro de Estudios del Cuaternario y de la Universidad de Magallanes para determinar la capacidad de los sistemas de Radio Eco Sondaje en la detección de grietas.
Con apoyo del Departamento Antártico del Ejército y desde la base O´Higgins los investigadores trabajan en la prueba de equipos de radar que permitirán definir en el mediano plazo un mapa de zonas de grietas.
Oscar Stckrath, comandante de la base O´Higgins, explicó que una de las zonas peligrosas es el glaciar Mackenna, que tiene 10 kilómetros de largo por siete de ancho.
La zona se caracteriza porque sus hielos eternos en la plataforma de la litósfera se desplazan mecánicamente por un sistema de empuje de desnivel.
"Así cierran una grieta y abren otra, ya sea más arriba o más debajo de la que había. Por esta razón cada año aparecen o desaparecen desde un punto marcado en GPS", aseveró.
Las grietas "aparecen de repente. Muchas veces no son evidentes", advirtió Ricardo Jaña, glaciólogo del Instituto Antártico Chileno.
"Si hay un glaciar que fluye y cambia de dirección por la topografía es probable que éstas (grietas) se encuentren en la parte externa de la curva. La grieta es la discontinuidad, porque se rompe el comportamiento plástico del hielo", explicó. (ANSA).