13 noviembre 2014

EEUU y China crean, “histórico acuerdo” contra el cambio climático en Pekín


China

Los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero del planeta, China y Estados Unidos anunciaron el miércoles un acuerdo "histórico", recibido con alivio por los científicos pero con escepticismo por los republicanos estadounidenses que lo ven como una amenaza para el empleo. El presidente estadounidense Barack Obama y el chino Xi Jinping se han comprometido en Pekín a dar un respiro al planeta, a un año de la conferencia del clima de París, donde se espera un acuerdo global. Para Obama se trata de un “acuerdo histórico” y el “mayor hito en las relaciones” de los dos países. Xi dijo: “acordamos asegurarnos de que las negociaciones sobre cambio climático alcanzarán un acuerdo en París”.
Los intentos de alcanzar un acuerdo sobre cambio climático, sobre el que los científicos advierten que estamos llegando a un posible punto catastrófico sin retorno, han sido bloqueados hasta ahora por la falta de voluntad de Estados Unidos y China para trabajar juntos en el problema. Es la primera vez que China se ha fijado el objetivo de alcanzar un tope en emisiones “en torno a 2030″, con la intención de lograrlo antes. Hasta ahora siempre había hablado de “lo antes posible”. Obama, que se topa con el escepticismo y la negación total del cambio climático en el Congreso estadounidense, se ha fijado como meta que Estados Unidos reduzca sus emisiones entre un 26% y un 28% para 2025, en comparación con los niveles de 2005. “Tenemos una responsabilidad especial para liderar el esfuerzo mundial contra el cambio climático”, dijo Obama en una conferencia de prensa conjunta con Xi. “Esperamos alentar a todas las economías a que sean más ambiciosas”, dijo. China y Estados Unidos, que producen juntos alrededor del 45% del dióxido de carbono mundial, serán claves para garantizar que se alcance el próximo año un acuerdo mundial para reducir las emisiones después de 2020 con el fin de limitar el calentamiento global a 2°C. La comunidad internacional se ha fijado este objetivo para evitar una desregulación a gran escala del clima, que se traduciría en una disminución de recursos, conflictos derivados, subida del nivel de los océanos y desapariciones de especies, entre otros efectos nocivos. Mientras tanto, el tiempo apremia, ya que según los científicos las medidas adoptadas por los distintos países son insuficientes para limitar a dos grados el aumento de la temperatura global. Un nuevo día Durante mucho tiempo, los dos países se han ido echando la culpa el uno al otro para no reducir las emisiones de los gases que originan el calentamiento del planeta. Después de que la Cumbre de Copenhague de 2009 estuvo a punto de terminar en un rotundo fracaso, salvada sólo en el último minuto por un acuerdo entre Obama y las autoridades chinas de entonces, Washington y Pekín empezaron a trabajar el acuerdo anunciado este miércoles. Christiana Figueres, jefa de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, aplaudió el anuncio que da “un empuje práctico y político” a las negociaciones. El Instituto de Recursos Mundiales, un grupo medioambiental con sede en Estados Unidos, calificó por su parte el acuerdo Obama-Xi como un avance importante. “Se abre un nuevo periodo con los líderes de Estados Unidos y de China codo con codo, con un compromiso significativo para reducir las emisiones de sus países”, dijo el presidente del instituto Andrew Steer en un comunicado. “Ambos han reconocido claramente la creciente amenaza del cambio climático y la urgencia de medidas”, dijo. Los republicanos, escépticos Buena parte de las acciones de Obama sobre cambio climático las ha hecho con decretos presidenciales y no tanto con la cooperación de los legisladores. El plazo que se ha dado Obama para este nuevo compromiso es menos de una década pero solo le quedan dos años en la presidencia. Ahora se enfrenta a un Congreso controlado por la oposición republicana en las dos cámaras tras las recientes elecciones de mitad de legislatura lo que hará más difícil todavía adoptar cualquier ley medioambiental. El nuevo líder republicano del Senado no ha tardado en reaccionar. “Éste es un plan poco realista, que el presidente quiere cargar sobre su sucesor”, señaló Mitch McConnell al comentar los anuncios que, según aseguró, afectarán entre otras cosas a la creación de nuevos puestos de trabajo y el costo de la energía. La Unión Europea, que emite el 11% de las emisiones de gases de efecto invernadero, se comprometió el mes pasado a reducirlas en al menos un 40% para 2030, respecto a los niveles de 1990.