"Lo que necesitamos ahora es liderazgo. Esperamos que ese liderazgo venga de la Unión Europea", dijo el secretario general de la ONU Ban Ki-moon
Bruselas - Los líderes de la Unión Europea (UE) abren el jueves por la tarde en Bruselas una cumbre bajo presión para adoptar un ambicioso plan de lucha contra el cambio climático que debe servir de modelo mundial, aunque Alemania e Italia llegan dispuestas a defender hasta el final a sus industrias.
Si el cambio climático es el tema central de la cumbre de dos días, los jefes de Estado y de gobierno de la UE también buscarán aprobar el plan europeo de reactivación económica y lograr un compromiso de Irlanda para organizar un nuevo referendo sobre el Tratado de Lisboa.
"Lo que necesitamos ahora es liderazgo. Esperamos que ese liderazgo venga de la Unión Europea", dijo el secretario general de la ONU Ban Ki-moon en Poznan (Polonia), donde se celebra una conferencia internacional sobre cambio climático, al dejar claro que el mundo está pendiente de lo que sucede en Bruselas.
Para el jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy, presidente en ejercicio de la UE, el desafío para el cierre de su mandato al frente del bloque es convencer de la necesidad de este liderazgo a la canciller Angela Merkel, al jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi y al primer ministro polaco Donald Tusk.
"Tengo la responsabilidad de decir sí o no, y si veo que los intereses de los italianos se ven afectados de manera excesiva, tengo la intención de utilizar mi derecho a veto", advirtió el miércoles por la noche Berlusconi.
En ese sentido, la canciller Merkel y Berlusconi llegan a Bruselas dispuestos a batallar para obtener el mayor número posible de exenciones a la obligación establecida por el plan europeo para que los industriales paguen sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) a partir de 2013.
La UE se fijó en marzo de 2007, justamente bajo presidencia alemana, un triple objetivo para 2020: reducir en 20% sus emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a sus niveles de 1990 y llevar a 20% la parte de energías renovables en su consumo, que al mismo tiempo debe reducirse un 20%.
Pero aquel ambicioso acuerdo impulsado por Merkel parece lejano ahora para algunos y, ante las preocupaciones de Alemania, Polonia e Italia por el futuro de sus sectores de producción, la presidencia francesa de la UE prevé incluir numerosas derogaciones para tratar de lograr un compromiso.
Si las negociaciones se anuncian duras, en los últimos días se han registrado algunos acuerdos alentadores, por ejemplo el referente a la inclusión de un 20% de energías renovables (eólica, solar, biocarburantes) en su consumo energético total en 2020.
Durante la cumbre de Bruselas, la UE debe aprobar también su programa de reactivación económica lanzado por la Comisión Europea por un monto de 260.000 millones de dólares (200.000 millones de euros), otra manzana de la discordia que provoca fuertes divergencias, principalmente entre Alemania y Francia.
Según el proyecto de conclusiones de la cumbre, el plan representará "un esfuerzo presupuestario total de por lo menos el 1,5% del PIB (Producto Interior Bruto) de la Unión Europea", una cifra cuestionada por algunos pero que vuelve "más creíble" al programa de reactivación, según el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
En ese sentido, Alemania quiere que las promesas sean lo menos vinculantes posibles, negándose a pagar por los otros, como ya le ha ocurrido tantas veces a raíz del principio de solidaridad.
Por otra parte, los líderes de la UE esperan obtener el compromiso de Irlanda de organizar en 2009 un nuevo referendo sobre el Tratado de Lisboa, que sus ciudadanos rechazaron en junio pasado, ofreciendo a cambio diversas garantías.
Según un proyecto de compromiso que será presentado en la cumbre, Irlanda está dispuesta a celebrar otro referendo el año próximo, lo que brinda una perspectiva de solución al tratado diseñado para reemplazar a la idea nunca concretada de Constitución europea.
AFP
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