30 marzo 2009

Cambio Climatico

Hay un amplio consenso científico sobre la estrecha relación entre las concentraciones atmosféricas de los gases de efecto invernadero generadas por la actividad humana y los cambios observados recientemente en el clima terrestre.

Así ha sido identificado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), grupo auspiciado por las Naciones Unidas que reúne cerca de 3.000 expertos en estas cuestiones.

Estos gases se producen de forma natural y son fundamentales para la vida en la Tierra; impiden que parte del calor solar regrese al espacio, y sin ellos el mundo sería un lugar frío y yermo. Pero cuando el volumen de estos gases es considerable y crece sin parar, provocan unas temperaturas artificialmente elevadas y modifican el clima.

El principal culpable del aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera es el proceso de industrialización iniciado hace siglo y medio y, en particular, la combustión de petróleo, carbón y gas para producir energía, la tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola. Estas actividades han aumentado enormemente el volumen de "gases de efecto invernadero" de forma muy rápida en la atmósfera, sobre todo de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso.

Para evitar un cambio climático peligroso necesitamos reducciones drásticas y rápidas de emisiones de gases de efecto invernadero. El sector que más posibilidades tiene de reducir de forma eficaz sus emisiones es el eléctrico, a través del ahorro, de la eficiencia y de la introducción de las energías renovables en la generación de electricidad.

Desde un punto de vista ético y desde una perspectiva legal y práctica, el peso inicial de la reducción de las emisiones tiene que recaer en los países industrializados, los principales causantes del cambio climático.

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