05 junio 2009

Día del Ambiente: por la protección de los glaciares

“El Ártico, la Antártida y los glaciares del Himalaya y de los Andes se están derritiendo por los efectos del cambio climático y pueden comprometer la provisión de agua dulce en varias regiones del mundo”, advierte un preocupante informe.

Por ello la Fundación Vida Silvestre Argentina, en el Día Mundial del Medio Ambiente, solicita que rápidamente el Congreso Nacional trate un nuevo proyecto de ley de presupuestos mínimos para la protección de los glaciares. Luego del veto presidencial al proyecto de ley aprobado en el 2008 por ambas Cámaras, la coyuntura política está demorando el desarrollo de normativa que proteja a nuestros glaciares.

Glaciar Upsala, antes y después

“Si bien ha habido una nueva presentación en Diputados del mismo proyecto vetado, y por su parte la Comisión de Ambiente del Senado ha avanzado en la redacción de un nuevo proyecto de ley, el tema está hoy detenido y sin avances. Esperamos que el Congreso trate a la brevedad un nuevo proyecto de ley que asegure la conservación de estos ambientes de importancia relevante”, dijo Diego Moreno, director general de la fundación.

Los datos disponibles, presentados por la ONG el Día del Ambiente, son contundentes. El hielo del Ártico, en septiembre de 2007, registró una disminución del 39% con respecto a los niveles promedio de las décadas anteriores. La temperatura de la Península Antártica se ha elevado 2,5º C en los últimos 50 años, lo cual está provocando una disminución de la superficie cubierta por hielo en el continente. Por ejemplo, la Península Antártica perdió una superficie de hielo de aproximadamente 26.000km2 (aproximadamente el tamaño de Bélgica) en la última parte del siglo pasado. Los glaciares del Himalaya están retrocediendo a razón de 10 metros por año, y podrían desaparecer en las próximas tres décadas.

Una situación similar está ocurriendo en nuestra cordillera de los Andes. Los glaciares, en particular en la zona patagónica y la de Cuyo, sustentan una serie de actividades económicas como el turismo y la producción de la vid. En este último caso, el aporte de agua de deshielo de los glaciares a las cuencas de ríos como el Mendoza o el San Juan, particularmente en años muy secos y con escasas nevadas, ha sido clave para sostener esta actividad económica que es uno de los pilares de la economía cuyana. Estudios realizados por el Instituto Argentino de Nivología y Glaciología (IANIGLA-CONICET) sostienen que de no haber existido este aporte de los glaciares, hubiera habido un riesgo grande de pérdida de cultivos perennes como la vid.

El cambio climático está promoviendo un retroceso acelerado de estos cuerpos de hielo. Si a ello le sumamos otras amenazas como la construcción de obras de infraestructura o el desarrollo de actividades productivas como la minería que pueden afectarlos directamente, la provisión de estos servicios ambientales puede verse comprometida en un futuro cercano”, afirmó Moreno. “Es necesario que evitemos otros impactos sobre estos sitios. Los glaciares proveen, en gran medida, el agua dulce de todo el oeste Argentino. Mantener el ciclo hidrológico y las áreas de recarga de cuencas hídricas en la Cordillera es clave para sostener las áreas de riego de la región de Cuyo y Comahue, como así también la alimentación de represas hidroeléctricas que se asientan sobre estas cuencas”, agregó.

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