14 octubre 2008

Un informe de WWF prevé que una especie de este animal podría extinguirse en su totalidad dentro de 40 años por las altas temperaturas

Barcelona. (EFE).- El cambio climático está causando estragos en la zona más septentrional del planeta y, mientras en la península antártica aumenta la temperatura, con una reducción drástica de las colonias de pingüinos en el mismo continente blanco, la temperatura baja y el hielo se expande.




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Ésta es una de las paradojas que refleja el informe de WWF y de la Fundación Vida Silvestre

Argentina sobre el peligro al que se enfrentarán las colonias de pingüinos autóctonos en los próximos años (Emperador y Adelia) si la temperatura en la península antártica sube dos grados, como apuntan algunos estudios.


El informe, presentado hoy en el Congreso Mundial de la Naturaleza, que se celebra en Barcelona, prevé, de producirse esta alza, que los pingüinos Adelia perderán en 40 años el 75% de su población (ya ha disminuido en un 60% en 25 años), mientras que las colonias de Emperador, que padecen un alto grado de estrés (algunas de ellas han pasado de 250 a 10 parejas), se reducirían un 50%.


La población de pingüinos (en la Antártida hay otras tres especies no autóctonas: Barbijo, Papúa, y Macaroni, que globalmente suman una población de 5 millones de ejemplares) actúa como alerta roja de lo que está ocurriendo en el conjunto del continente ya que avisa de lo que más tarde podría ocurrir a otras especies animales que tienen allí su hábitat.

El cambio climático reduce la población de pingüinos en la Antártida


Andrés Barbosa, investigador del CSIC, ha explicado que el aumento de la temperatura en la península ha provocado la reducción del hielo marino y con ello la producción del fitoplancton del que se alimenta el krill, una gamba que, a su vez, es la dieta básica no sólo de los pingüinos, sino de muchos otros vertebrados antárticos. Su hábitat natural son las aguas cubiertas por el hielo marino durante gran parte del año que se forma en los océanos polares por congelación.

Este investigador apunta que mientras en la península, donde hay numerosas colonias de estas especies, está aumentando la temperatura, en el resto del continente el cambio climático está produciendo un enfriamiento a consecuencia de nuevas corrientes de viento. Esta situación es alarmante sobre todo en el verano austral, época de cría de las especies, ya que genera un aumento de la placa de hielo, lo que aleja a las colonias de pingüinos y sus nidos del mar, y por tanto del alimento, lo que puede conllevar la muerte de las crías.

El coordinador del programa de Cambio Climático de la Fundación Vida Silvestre, Juan Casavelos, ha hecho un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que reduzca los gases invernadero con un nuevo acuerdo global, más allá de los acuerdos de Kioto, que se ponga como meta una ambiciosa reducción de estas emisiones de entre el 25 y el 40% por ciento hasta el 2020 (del 30% caso de Europa) y del 80% para mediados de este siglo.

Los responsables de WWF alertan de que la actividad humana realizada a miles de kilómetros afecta a un lugar remoto como la Antártida, "por lo que tenemos que recapacitar sobre el modelo energético que tenemos". El estudio científico fue elaborado por un equipo de WWF y de varias universidades americanas, dirigido por David Ainley, Joellen Rusell y Stephanie Janouvier.

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