Los países de Latinoamérica deben de aumentar su cobertura boscosa y mitigar el calentamiento global con más ayudas económicas, ya que emite el 12% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial. Es momento para buscar soluciones innovadoras que eviten también una crisis climática, pues no solo los países desarrollados tienen que reducir sus emisiones, el pago ambiental también debe estar presente en las regiones más pobres para ampliar las zonas verdes.
Las previsiones no son nada alentadoras, según el Banco Mundial, las emisiones de gases están creciendo a un ritmo que sobrepasa las previsiones científicas más pesimistas. Se estima que la temperatura aumentará 1,7 grados en el 2050 y hasta 4 grados en el 2100, lo que traerá graves consecuencias para los países. Para empezar, la frecuencia de los desastres naturales ha aumentado y eso es sólo el principio.
En Suramérica se perderá entre el 30% de la producción actual para el 2100 y solo en México la reducción será de entre 65%. Las pérdidas serán inevitables, principalmente causadas por huracanes en Centroamérica y el Caribe que podrían triplicarse para el 2025, llegando reducir hasta el 6% del PIB de los países.
Pero los desastres medioambientales seguirán golpeando con fuerza a Latinoamérica debido a la reducción de las lluvias, lo que producirá que más de la mitad de los bosques de la región se convertirían en sabanas. En ese sentido, sin ir más lejos, México podría perder el 26% de sus mamíferos para el 2050.
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