06 febrero 2011

Catástrofes climáticas extremas acechan al planeta

Nevadas, inundaciones, ciclones, riadas y aludes. El calentamiento global está potenciando y acelerando los cataclismos. Y la mayoría de los científicos aseguran que llegaron para quedarse.
Sin embargo, ante estos hechos hay dos posturas. Por una parte están los “ambientalistas”, quienes creen que los últimos acontecimientos globales como cataclismos son causados por la intervención del hombre en el equilibrio del planeta debido a las emisiones de gases de efecto invernadero. Y por otra parte se encuentran los “negacionistas”, quienes creen que lo que ocurre es sólo un ciclo de la atmósfera terrestre y que el ser humano no tiene nada que ver con lo que sucede.
Lo cierto es que las evidencias científicas indican que el calentamiento global está provocando la condensación de humedad en la atmósfera y eso genera las históricas nevadas. Pero otros meteorólogos simplemente creen que se trata de un fenómeno cíclico producido en este caso por el efecto de El Niño, el cambio en las temperaturas y corrientes marinas que se desarrolla cada dos a siete años en el Pacífico y que afectan desde América del Sur hasta Australia e Indonesia.
La última década fue la más calurosa en la Tierra desde que se registran científicamente las temperaturas, hace unos 120 años, de acuerdo a la Organización Meteorológica Mundial de la ONU. La Administración Nacional de la Atmósfera y los Océanos de Estados Unidos determinó que la temperatura promedio del planeta entre el 2000 y el 2009 fue de 14,3 grados centígrados, un grado más que el promedio del siglo XX. Esto provocó que en los últimos 30 años se derritiera una tercera parte de los hielos del mundo, que es la principal fuente de agua dulce de la mayoría de los seres humanos. Y según anuncia el sistema de predicciones del Servicio Meteorológico Británico, el 2010 -a pesar de las nevadas históricas- ya se perfila como el año más caluroso desde que se llevan registros.
Hace un mes, Machu Picchu terminó aislada por los aludes y miles de turistas quedaron a la deriva. El caudal del río Vilcanota se incrementó a niveles nunca antes registrados. Llegó a tener una corriente de 1.100 m3/segundo, cuando el máximo histórico es de 850 m3/segundo. En Chile hubo una sucesión de lluvias muy intensas en el desierto de Atacama, en el invierno había nevado muy cerca de la costa del Pacífico y también en Santiago, donde no lo hacía en los últimos once años.

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