- • 470 animales han sido abatidos desde el 2006, la mayoría en Suráfrica y Zimbabue
- • El mercado negro con destino a Asia sigue enturbiando los grandes éxitos de conservación
ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA
Al menos 470 rinocerontes han muerto en África en los últimos tres años debido a un renacimiento de la caza furtiva que amenaza los progresos cosechados en la última década. El objetivo de los cazadores es el mismo de siempre –suministrar cuernos molidos o enteros a la medicina tradicional asiática–, pero ahora se trabaja con métodos profesionales, rifles Kalashnikov y, si es necesario, con fármacos anestesiantes y modernas ballestas que evitan el estruendo de los disparos, como alerta un informe coordinado por la Unión Internacional de la Naturaleza (UICN), la red de vigilancia Traffic y la organización ecologista WWF.BARCELONA
Las cinco especies de rinoceronte –dos africanas y tres asiáticas– se encuentran protegidas y tres, además, están catalogadas en peligro crítico por la UICN, que es la organización internacional encargada de elaborar las listas rojas de animales en peligro. Medio millar de ejemplares no es una cantidad despreciable si se tiene en cuenta que en África quedan poco más de 20.000.
En líneas generales, no obstante, la tendencia invita al optimismo. Los programas de protección y de cría en cautividad han logrado que las poblaciones remontaran el vuelo tras haber rozado la extinción a principios de los años 90. De un mínimo de 12.000 ejemplares se ha pasado a más del doble, aunque debe recordarse que en los años 60 había 70.000. La reciente mejoría permitió incluso que dos países, Suráfrica (que tiene el 82% de los rinocerontes africanos) y Namibia, volvieran en el 2004 a permitir la caza recreativa y la exportación, aunque muy restringida. El problema no es ese, claro.
EPICENTRO / El problema es que el furtivismo que propició el hundimiento de los rinocerontes revive ahora con fuerza. La UICN atribuye parte del repunte a una relajación legal y policial, especialmente en dos países: Zimbabue, donde se han documentado 235 animales abatidos de forma ilegal desde el 2006, y Suráfrica, con 235, lo que supone entre ambos el 95% del total . «Constituyen el epicentro de la crisis», resume Tom Milliken, investigador de Traffic. Kenia está en tercera posición, pero ya muy lejos, con 17. En Zimbabue, que es el país con los peores indicadores, los animales cazados furtivamente en el periodo 2006-2009 representaron el 26% de la población total.
En cambio, la UICN destaca que Botsuana, Namibia y Suazilandia no han reportado ni una sola muerte ilegal en el mismo periodo. «Donde hay voluntad política, programas de conservación y buena aplicación de la ley, las poblaciones aumentan», explica. Como curiosidad, la mano del hombre ha cambiado la distribución entre las dos especies africanas: el rinoceronte blanco, antaño más escaso que el negro, hoy es mucho más abundante que su pariente.
WEBS FRAUDULENTAS / Los rinocerontes no se cazan para suministro alimentario, sino para abastecer el mercado de la medicina tradicional de varios países asiáticos, en especial Vietnam y China, y en menor medida como material para puños de espadas y piezas de orfebrería en Yemen y otros estados próximos, dice la UICN. En total, se calcula que 1.521 cuernos, con un peso total estimado de 3.100 kilos, llegaron al mercado negro de resultas de cazas furtivas, trofeos legales y robos en almacenes públicos. El informe concluye que varias webs vietnamitas siguen vendiendo polvo de rinoceronte a posibles compradores. Y, como muestra de la globalización de las mafias, concluye citando el caso de unos ciudadanos chinos que fueron detenidos en Suráfrica en una presunta transacción.
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