Allí desplegaron banderolas con la cifra "350", en alusión a la concentración de CO2 en la atmósfera: 350 partes por millón (ppm), una cantidad que, según algunos científicos, no hay que sobrepasar para evitar que el calentamiento global se vuelva incontrolable.
Otros manifestantes formaron en la escalinata de la Opera de Sídney el número 350 con sus cuerpos, mientras las campanas de la catedral repicaban 350 veces.
En la Puerta del Sol madrileña, miembros de la Plataforma contra el Cambio Climático, compuesta por organizaciones sociales, ecologistas y sindicales, hicieron una parodia titulada "las consecuencias catastróficas del cambio climático para el planeta".
En un comunicado, esta plataforma llamó a las autoridades a dar prioridad a la lucha contra el calentamiento global a pesar de la crisis económica.
En el centro de París, unas doscientas personas hicieron sonar sus teléfonos móviles y despertadores a las 12H18 exactas, en referencia al 18 de diciembre, día de clausura de la conferencia sobre el clima que comenzará en Copenhague el 7 de ese mes.
Los manifestantes querían así "despertar" a los políticos, empezando por el presidente francés Nicolas Sarkozy, para que se preparen para la conferencia, precedida por una cumbre europea los 29 y 30 de octubre. "Nicolas, despiértate", se leía en una pancarta.
La Conferencia de Copenhague se propone fijar un nuevo tratado internacional sobre el clima para reemplazar al Protocolo de Kioto, que expira en 2012.
Pero el primer ministro danés, Lars Loekke Rasmussen, ya advirtió que las negociaciones no van lo rápido que deberían para alcanzar un acuerdo internacional en Copenhague.
También hubo concentraciones, convocadas por organizaciones defensoras del medio ambiente, de derechos humanos y de solidaridad internacional, en Marsella (sudeste de Francia), donde se celebrará en 2012 la sexta edición del Foro Mundial del Agua.
En Berlín, unos 350 manifestantes, que llevaban mascarillas con el retrato de la canciller alemana Angela Merkel, se dieron cita delante de la céntrica Puerta de Brandeburgo. "La hora del ´quizá sí, quizá no´ pasó", afirmaba una banderola.
Los militantes por la defensa del medio ambiente en Estambul se manifestaron en un barco en el que desplegaron una banderola con el lema: "El Sol, el viento, ahora". De forma simbólica colocaron su embarcación bajo el principal puente que atraviesa el Bósforo y une Europa a Asia. "Empleos, clima, justicia", reclamaba otra pancarta.
AFP
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