Los mayores corales de La Gran Barrera de Arrecifes de Australia, la más grande del mundo, están creciendo hasta un 14% menos que en 1990, aseguran los científicos de ese país, que señalan como culpables a los efectos del cambio climático. La combinación del aumento de la temperatura superficial con la acidificación del agua del mar sería la causa de que la calcificación de los corales haya disminuido gradualmente, llegando esta disminución a alcanzar un 1,5% anual desde 2005. Si se mantuviera esta tendencia, los corales dejarían de crecer totalmente en 2050.
Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo en que la acidificación influya en este fenómeno. En experimentos en laboratorio, una mayor acidez del agua no ha retrasado el crecimiento de corales. El aumento de la temperatura y otros factores medioambientales todavía desconocidos son la causa más probable de esta preocupante disminución.
"Los datos sugieren que este declive súbito y grave en la calcificación de los porites no ha tenido parangón en los últimos 400 años", ha explicado Glenn Death, el científico que ha dirigido el trabajo en el Instituto Australiano de Ciencias Marinas.
Los porites son unos corales muy grandes y robustos, de larga vida, básicos para el mantenimiento de un arrecife, cuya forma de crecimiento es similar al de los troncos de los árboles. Las bandas que se observan al rebanarlos permiten saber cuánto han crecido cada año. Al estudiar el crecimiento de 328 colonias de este tipo de corales en el Gran Arrecife de Australia, a partir de muestras de hasta 436 años de edad tomadas en años distintos, los científicos han hallado que desde 1990 estas colonias animales depositan menos calcio en sus esqueletos. Sin embargo, el ritmo de crecimiento aumentó en un 5,4% entre 1900 y 1970.
Los arrecifes de coral crean sus esqueletos a partir de sustancias disueltas en el agua. Cuando aumenta la cantidad de dióxido de carbono presente en la atmósfera, los cambios químicos resultantes en el agua del mar pueden reducir la capacidad de los corales de formar el esqueleto. "Es muy preocupante que ya sean evidentes estos cambios, cuando sólo se han observado efectos modestos del cambio climático en el ecosistema de arrecifes de coral más protegido y mejor manejado del mundo", ha señalado Janice Lough, que ha participado en el estudio, publicado en la revista Science.
La Gran Barrera australiana se extiende a lo largo de 2.300 kilómetros en la costa noreste del continente. Un tercio de su superficie tiene el grado más alto de protección. Los corales son el sostén del arrecife. "Los esqueletos de los corales son el núcleo de los ecosistemas de arrecifes. Su gran complejidad ofrece un hábitat para miles de especies de plantas y animales asociadas", explican estos científicos.
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