El efecto invenadero
La atmósfera tiene una provisión natural de “gases de efecto invernadero”. Son los que capturan el calor y mantienen la superficie de la Tierra lo suficientemente cálida para que la vida sea posible. Sin el efecto invernadero, el planeta sería un páramo inhabitable.
Antes de la revolución industrial, la cantidad de dióxido de carbono (CO 2 ) y otros gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera estaba en equilibrio con relación a lo que la Tierra podía almacenar. Las emisiones de gases de efecto invernadero eran equivalentes a lo que podía ser absorbido por los tejidos naturales. Por ejemplo, las plantas absorben CO 2 cuando crecen en primavera y verano, y lo vuelven a liberar a la atmósfera cuando decaen y mueren en el otoño y el invierno.
Demasiado efecto invernadero
La industria se activó a mediados del siglo XVIII y el hombre empezó a emitir gases de efecto invernadero en grandes cantidades. Empezó a quemar cada vez más combustibles fósiles para hacer funcionar los carros, camiones, fábricas, aviones y centrales eléctricas, aumentando la cantidad de gases de efecto invernadero que contenía naturalmente la atmósfera. Los gases –que pueden permanecer en la atmósfera desde un mínimo de cincuenta años hasta varios siglos– se están acumulando, excediendo la capacidad de la Tierra para eliminarlos y formando una capa gruesa de calor alrededor del planeta.
El resultado es que la temperatura de la Tierra ha aumentado aproximadamente 0,55 grados centígrados en el transcurso del siglo pasado, y se ha calentado de manera más intensa en las últimas dos décadas.
Si 0,55 grados no le parece mucho, considere lo siguiente: la diferencia entre la temperatura promedio global de los tiempos modernos y la de la última Edad de Hielo –cuando la mayoría de Canadá y el norte de los Estados Unidos estaban cubiertos por una gruesa capa de hielo– es de solo 5 grados centígrados. Así que, en realidad, 0,55 grados es una cantidad muy significativa, sobre todo si tenemos en cuenta que el calentamiento va a continuar al seguir emitiendo más gases de efecto invernadero.
¿Cuánto es demasiado?
Ya el hombre ha incrementado la cantidad de CO 2 , el contaminante principal del calentamiento global, un 31 por ciento con respecto a los niveles preindustriales. Hay más CO 2 en la atmósfera ahora que en cualquier momento en los últimos 650 mil años. Los estudios de la historia climática de la Tierra muestran que cambios pequeños en los niveles de CO 2 han provocado generalmente cambios significativos en la temperatura promedio global.
Los científicos predicen que, sin políticas eficientes para reducir la polución de gases de efecto invernadero, la temperatura media global se habrá incrementado de 1,12 a 6,4 grados centígrados en el año 2100.
Aun si el cambio en la temperatura resultase ser el menor según las predicciones, la alteración del clima sería grave: tormentas más intensas, sequías más pronunciadas, áreas costeras más erosionadas por el aumento del nivel del mar. Si el cambio correspondiese a la predicción más alta, el mundo podría enfrentar consecuencias abruptas, catastróficas e irreversibles.
La ciencia es clara
Ya los científicos no están en desacuerdo acerca de los hechos principales del cambio climático. En Febrero de 2007, los miles de expertos científicos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) concluyeron que la probabilidad de que sean los humanos quienes están causando el calentamiento global es de más del 90 por ciento (IPCC, 2007).
Los últimos hallazgos amplifican lo que al respecto dicen otras organizaciones altamente respetadas:
En una declaración conjunta con otras diez Academias Nacionales de Ciencia, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos dijo:
“La comprensión científica del cambio climático es ahora lo suficientemente clara para justificar que las naciones tomen acciones prontas. Es vital que todas las naciones identifiquen los pasos beneficiosos y rentables que puedan tomar ahora para contribuir a la reducción sustancial y a largo plazo de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global”. (Declaración conjunta de las Academias de Ciencia.)
La American Geophysical Union, organización muy respetada que comprende más de 41 000 científicos de la Tierra y el espacio, escribió en su Posición con respecto al cambio climático que “las influencias naturales no pueden explicar el rápido aumento de las temperaturas cercanas a la superficie observadas durante la segunda mitad del siglo XX”.
La atmósfera tiene una provisión natural de “gases de efecto invernadero”. Son los que capturan el calor y mantienen la superficie de la Tierra lo suficientemente cálida para que la vida sea posible. Sin el efecto invernadero, el planeta sería un páramo inhabitable.
Antes de la revolución industrial, la cantidad de dióxido de carbono (CO 2 ) y otros gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera estaba en equilibrio con relación a lo que la Tierra podía almacenar. Las emisiones de gases de efecto invernadero eran equivalentes a lo que podía ser absorbido por los tejidos naturales. Por ejemplo, las plantas absorben CO 2 cuando crecen en primavera y verano, y lo vuelven a liberar a la atmósfera cuando decaen y mueren en el otoño y el invierno.
Demasiado efecto invernadero
La industria se activó a mediados del siglo XVIII y el hombre empezó a emitir gases de efecto invernadero en grandes cantidades. Empezó a quemar cada vez más combustibles fósiles para hacer funcionar los carros, camiones, fábricas, aviones y centrales eléctricas, aumentando la cantidad de gases de efecto invernadero que contenía naturalmente la atmósfera. Los gases –que pueden permanecer en la atmósfera desde un mínimo de cincuenta años hasta varios siglos– se están acumulando, excediendo la capacidad de la Tierra para eliminarlos y formando una capa gruesa de calor alrededor del planeta.
El resultado es que la temperatura de la Tierra ha aumentado aproximadamente 0,55 grados centígrados en el transcurso del siglo pasado, y se ha calentado de manera más intensa en las últimas dos décadas.
Si 0,55 grados no le parece mucho, considere lo siguiente: la diferencia entre la temperatura promedio global de los tiempos modernos y la de la última Edad de Hielo –cuando la mayoría de Canadá y el norte de los Estados Unidos estaban cubiertos por una gruesa capa de hielo– es de solo 5 grados centígrados. Así que, en realidad, 0,55 grados es una cantidad muy significativa, sobre todo si tenemos en cuenta que el calentamiento va a continuar al seguir emitiendo más gases de efecto invernadero.
¿Cuánto es demasiado?
Ya el hombre ha incrementado la cantidad de CO 2 , el contaminante principal del calentamiento global, un 31 por ciento con respecto a los niveles preindustriales. Hay más CO 2 en la atmósfera ahora que en cualquier momento en los últimos 650 mil años. Los estudios de la historia climática de la Tierra muestran que cambios pequeños en los niveles de CO 2 han provocado generalmente cambios significativos en la temperatura promedio global.
Los científicos predicen que, sin políticas eficientes para reducir la polución de gases de efecto invernadero, la temperatura media global se habrá incrementado de 1,12 a 6,4 grados centígrados en el año 2100.
Aun si el cambio en la temperatura resultase ser el menor según las predicciones, la alteración del clima sería grave: tormentas más intensas, sequías más pronunciadas, áreas costeras más erosionadas por el aumento del nivel del mar. Si el cambio correspondiese a la predicción más alta, el mundo podría enfrentar consecuencias abruptas, catastróficas e irreversibles.
La ciencia es clara
Ya los científicos no están en desacuerdo acerca de los hechos principales del cambio climático. En Febrero de 2007, los miles de expertos científicos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) concluyeron que la probabilidad de que sean los humanos quienes están causando el calentamiento global es de más del 90 por ciento (IPCC, 2007).
Los últimos hallazgos amplifican lo que al respecto dicen otras organizaciones altamente respetadas:
En una declaración conjunta con otras diez Academias Nacionales de Ciencia, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos dijo:
“La comprensión científica del cambio climático es ahora lo suficientemente clara para justificar que las naciones tomen acciones prontas. Es vital que todas las naciones identifiquen los pasos beneficiosos y rentables que puedan tomar ahora para contribuir a la reducción sustancial y a largo plazo de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global”. (Declaración conjunta de las Academias de Ciencia.)
La American Geophysical Union, organización muy respetada que comprende más de 41 000 científicos de la Tierra y el espacio, escribió en su Posición con respecto al cambio climático que “las influencias naturales no pueden explicar el rápido aumento de las temperaturas cercanas a la superficie observadas durante la segunda mitad del siglo XX”.
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