Los científicos que estudian el cambio climático están de acuerdo
en tres cosas: 1) el clima está cambiando; 2) nosotros somos la
principal causa del cambio; 3) las consecuencias son adversas para
nuestra sociedad.
La comunidad científica dedica tiempo y esfuerzos a estudiar qué
está ocurriendo en nuestro planeta en esta era del Antropoceno: sus
hallazgos son valorados, contrastados y validados mediante
procedimientos rigurosos, con la finalidad de ofrecer a la sociedad los
últimos descubrimientos sobre el tema.
Estos hallazgos deberían servir para que los políticos tomaran las
medidas pertinentes, pero hete aquí que los grupos de presión, activos
y poderosos, atacan con todos sus medios los resultados que consigue la
comunidad científica. Y de momento van consiguiendo sus objetivos: la
respuesta que se da al problema desde la política es tímida e
insuficiente desde todos los puntos de vista.
Los científicos no están preparados - ni deben ocuparse de ello -
para enzarzarse en peleas con los grupos de presión, de modo que ante
las contundentes respuestas de los negacionistas parece ser que optan
por utilizar un "lenguaje calibrado", mesurado y diplomático, para no
levantar demasiada povareda.
Pero desde la sociedad civil podemos ayudar a nuestra comunidad
científica, divulgando sus hallazgos y presionando desde las redes para
que los políticos tomen en serio los peligros que nos acechan y se
pongan ¡de una vez! a estudiar cómo implementar medidas para luchar
contra la devastación generalizada que está arruinando el planeta.
El Club Nuevo Mundo está centrado en esta tarea, y por eso, además
de sus propias actividades, divulga artículos relevantes sobre el tema,
como el que publicó recientemente The Conversation titulado "Hablemos
claro sobre el cambio climático: las evaluaciones se quedan cortas", que
puedes leer aquí.
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