04 mayo 2008

Calentamiento global provoca cambios que amenazan supervivencia de anfibios

El aumento en la temperatura global es el hilo que enlaza diversos factores de cambio en los ecosistemas del mundo y amenaza con estrangular las perspectivas de vida de todos los anfibios.


El biólogo Alan Pounds, que encabeza las más recientes investigaciones al respecto, publicadas en la revista 'Nature', afirmó a Efe que si bien algunos sectores científicos sostienen que un hongo es el 'único asesino' de anfibios en el trópico, la evidencia apunta a un 'crimen compartido y con muchos responsables'.

Desde el Centro Científico Tropical de Monteverde, un bosque de Costa Rica, Pounds defiende que incluso la aparición del hongo mortal identificado es producto del cambio climático.

Según los estudios de Pounds, fundados en bases de datos sobre poblaciones de anfibios de más de 75 investigadores desde la década de los años setenta, hay una evidente relación entre el clima y la fluctuación de las colonias de ranas y sapos, especialmente en las zonas de mayor altura.

'Las poblaciones de anfibios sufren muertes masivas en años especialmente calientes. No hay azar en los patrones, hay simetría', dijo, aunque aclaró que esta no puede ser una conclusión definitiva, pues es indispensable analizar a los otros actores en la relación biológica de sapos y ranas.

Hasta ahora, los científicos apuntaban al hongo 'Batrachochytrium dendrobatidis' como el 'asesino' de anfibios, pero Pounds sostiene que no podría actuar de forma tan agresiva sin la 'colaboración' de otros factores, como una mayor vulnerabilidad de los individuos a enfermedades, el desplazamiento a zonas distintas al hábitat original y otros patógenos como protozooarios.

Todos estos factores de acompañamiento, señaló el experto, son potenciados por el aumento en la temperatura del planeta, y además, la alarmante situación de los anfibios es apenas una señal de los cambios a gran escala que ocurrirán con el resto de las especies animales y vegetales.

'El problema de fondo es que no tenemos un sólo elemento que combatir para salvar a los anfibios, sino una red de factores que interactúan de formas hasta ahora desconocidas gracias al calentamiento global. No sabemos a ciencia cierta los cambios que dará el planeta y las nuevas relaciones entre los organismos', expresó Pounds.

Un ejemplo de esto es la agresividad del hongo que ha afectado y llevado a la extinción a dos especies de ranas de Costa Rica: el sapo dorado y la rana arlequín, pues el patógeno, al parecer, se ha visto favorecido por el calentamiento en general, pero a la vez es muy susceptible a los cambios de temperatura, señaló el científico.

El calentamiento, además, está haciendo que muchas especies se desplacen de zonas bajas hacia las partes altas de las montañas en busca de menores temperaturas, pero esto trae consigo riesgos de nuevas enfermedades, competencia y la introducción de agentes exóticos en ecosistemas.

Aun falta investigar más, asegura Pounds, pero todo apunta a que las altas temperaturas afectan el sistema inmunológico de los anfibios, así como la severidad, tasa de transmisión y brotes de enfermedades que los afectan, por lo que el panorama actual es desconocido.

Según cifras oficiales, al menos 2.000 de las casi 6.000 especies de sapos, ranas, salamandras y cecilios de todo el planeta están amenazadas de extinción, y en Costa Rica 23 especies están en peligro grave de sumarse a la lista de animales desaparecidos en este país, como el sapo dorado.

Si embargo, no todo son malas noticias; en algunas zonas de Costa Rica se han registrado recuperaciones de poblaciones de ranas, aunque su proporción es mucho menor que el descenso general de las especies en el mundo.

Pounds subraya que el futuro es poco claro no sólo para los anfibios sino para todos los seres vivos de la Tierra, incluso el ser humano, pero resalta la urgencia de tomar medidas para frenar los cambios potenciados por el calentamiento.

Para el científico, en el caso de las ranas y sapos, la protección y recuperación de los hábitats debe ser una prioridad, pues de seguir la ruta trazada hasta ahora, las 'zonas de vida de los bosques nubosos desaparecerán por completo' y las consecuencias de esto aún no se vislumbran para la humanidad.



Terra Actualidad - EFE

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