El reporte precisa que 2007 ha sido un año de “crisis climática”, por el número de inundaciones que se presentaron en el mundo (que han afectado a más de 250 millones de personas) y el comportamiento no predecible de la naturaleza.
“Este año hemos sido testigos de inundaciones en el sur de Asia, a lo ancho de África y en México, que han afectado a más de 250 millones de personas. No es un año raro, sino que continúa una pauta de fenómenos climáticos más frecuentes, erráticos, impredecibles y extremos”, comentó el director ejecutivo de Oxfam Internacional, Jeremy Hobbs, en el adelanto de su reporte.
Advirtió a los gobiernos sobre la necesidad “de pasar a la acción para prepararnos para más desastres, pues de lo contrario la capacidad de ayuda humanitaria se verá superada y los avances recientes en desarrollo humano se revertirán”.
Manifestó que recientemente el ex secretario general de la Organización de las Nacionees Unidas (ONU), Kofi Annan, advirtió que “el impacto del cambio climático es probable que sea uno de los mayores desafíos en los años y décadas por venir. La acción, hasta el momento, ha sido lenta e insuficiente en comparación con las necesidades”.
El señalamiento, precisa, tuvo lugar en un año de “crisis climáticas, especialmente inundaciones sin precedente”. Entre éstas se incluye la que enfrentó el estado de Tabasco, donde “más de las cuatro quintas partes” de la entidad quedaron bajo el agua, lo que produjo daños en hogares de casi un millón de personas. El presidente Felipe Calderón la calificó de “uno de los peores desastres naturales en la historia mexicana”.
En su informe explica que “para las personas pobres que dependen de la tierra, incluso un pequeño cambio en las condiciones climáticas puede tener impacto de largo plazo en sus condiciones de vida.
“Una catástrofe breve tras otra, inclusive si son relativamente pequeñas, puede colocar a las comunidades y las personas pobres en una espiral hacia abajo, de la que es difícil recuperarse. Para empeorar las cosas, los países ricos tienden a priorizar la ayuda humanitaria hacia las emergencias de mayor perfil y hacia las naciones que se perciben en línea con sus prioridades de política exterior”, puntualiza.
Para hacer frente a los síntomas de desastres relacionados con el clima, Oxfam llamó a los gobiernos de los países ricos y a la ONU “a que la ayuda humanitaria sea más rápida, justa y flexible, y a que mejoren los mecanismos de preparación para desastres y reducción de riesgos”.
El organismo internacional considera que “debe abordarse el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero que están causando el cambio climático, el cual desencadena el incremento en el número de desastres”.
Según el texto, la cifra de personas afectadas por todo tipo de tragedias ha aumentado de una media de 174 millones al año, entre 1985 y 1994, a 254 millones en el mismo lapso entre 1995 y 2000. “Sólo las inundaciones que este año ha padecido Asia han afectado a 248 millones de personas”, refiere.
Además, el número de inundaciones se han multiplicado por seis desde 1980. “La cifra y el de tormentas tropicales, ciclones y huracanes ha subido de 60 en 1980 a 240 en el último año. Mientras tanto, el de fenómenos geotermales, como terremotos y erupciones volcánicas, han permanecido relativamente estable”, refiere la confederación, conformada por 13 organizaciones que trabajan en conjunto con 3 mil agrupaciones locales en más de 100 países para encontrar soluciones definitivas a la pobreza, el sufrimiento y la injusticia.
Convocó a los gobiernos que se reunirán el mes próximo en Bali (entre ellos, México), en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, a “que aprueben un mandato para negociar un acuerdo global que proporcione asistencia a los países en desarrollo para hacer frente al impacto del cambio climático y para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Las naciones ricas tienen que adoptar medidas antes y más rápido, dado que son las mayores responsables del cambio climático”, apunta.
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