19 agosto 2009

Se prepara Vietnam ante cambios climáticos

Hanoi, 18 ago (PL) La temperatura aumentará en Vietnam 2,3 grados centígrado en este siglo, prevé un estudio del ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente que adelanta hoy pautas con vista al impacto de los cambios climáticos.

Se trata de una guía sobre la posible evolución del clima identificada por la sigla GCC que toma como referencia el período 1980-1999 y tiene el propósito de servir de instrumento para elaboración de planes frente a ese fenómeno.

Los cálculos de los científicos indican fluctuaciones en el alza de la temperatura entre 1,6-2,8 grados en algunas regiones del país, mientras predicen aumentarán las precipitaciones, sobre todo en las zonas del norte.

La investigación estima que el nivel del mar se elevará 30 centímetros a mediados de la actual centuria y otros 75 centímetros de cara al siglo 22, teniendo en cuenta el efecto invernadero.

Expertos del Fondo para la Defensa del Medio Ambiente alertaron de que constituye el segundo país más afectado por el cambio climático, algo que se ha ido haciendo sentir en el caso de la agricultura y las regiones rurales y costeras.

Si la temperatura del Planeta aumenta dos grados centígrados y el nivel del mar sube un metro, se inundará un 90 por ciento de la extensión agrícola del Delta del río Mekong, alertaron esos especialistas.

Deshielo en el gran glaciar Humbold


Glaciar Humbold Greenpeace hizo públicas ayer algunas de las imágenes que ha tomado el barco Arctic Sunrise, que se encuentra de expedición en la zona ártica para documentar los efectos del cambio climático. Una de las imágenes muestra una placa desmembrada del glaciar Humboldt en Groenlandia, el mayor del Hemisferio Norte. La placa de hielo mide unos 100 metros de largo. Greenpeace quiere presentar pruebas del efecto del cambio climático de cara la cumbre convocada por la ONU.

10 agosto 2009

Hay que conversar las zonas boscosas en Bolívar Calentamiento Global


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Alejandro Lanz, director del Centro de Investigaciones Ecológicas de Venezuela , destacó el impostergable papel que deben asumir los gobiernos regionales y el Estado en la protección de ecosistemas nacionales

El cambio climático que viene ocasionando la actividad humana de forma directa e indirecta, está alterando la composición de la atmósfera mundial con consecuencias irreversibles de no tomar conciencia y generar acciones concretas para corregir el rumbo, tanto por parte de las comunidades, como por los gobiernos en sus planes de acción.

Así lo señaló Alejandro Lanz, director del Centro de Investigaciones Ecológicas de Venezuela (CIEV) quien destaco el impostergable papel que deben asumir los gobiernos regionales y el Estado venezolano en la protección de ecosistemas nacionales y políticas públicas de sustentabilidad ambiental, siendo Venezuela un país extractor de petróleo.

“Es asumir una visión de equilibrio al vivir la nación de la exportación de crudo (…) Los gases de efecto invernadero, especialmente de dióxido de carbono de la quema de combustibles fósiles, contribuye a los cambios del clima, por lo que proteger y mejorar los ecosistemas, es una deuda natural que todos tenemos con la madre naturaleza”, expresó el ecologista.

En tal sentido señaló que, para la actualidad, la conservación de la cuenca del Caura, la Reserva de Imataca y demás zonas boscosas del estado Bolívar es una prioridad que pasó de ser nacional dada la globalización de los problemas ambientales, “y se puede decir que es un deber internacional el proteger las zonas boscosas que hoy se siguen destruyendo, bajo la mirada indolente del Teatro de Operaciones No. 5 y demás organismos del Estado como el Ministerio del Ambiente”, afirmó el director del CIEV.

En la actualidad las capacidades autoreguladoras de la atmósfera están siendo llevadas a sus límites y según muchos, sobrepasadas; es por ello que la conservación de los bosques cobra un interés de todos los habitantes del planeta.

“No es sana política, para la humanidad, dejar la búsqueda de soluciones para el futuro o para cuando se hagan fuertemente necesarias. La atmósfera y los procesos que mantienen sus características no tienen tiempos de reacción muy rápidos comparado con los periodos humanos”, recalcó.

Es por ello que alega el Estado debe tomar medidas inmediatas para la sustitución de actividades no sustentables que deterioren el medio ambiente como la minería ilegal que actualmente se desarrolla en la cuenca del Caura e Imataca, las deforestaciones ilegales y masivas que también sufren estos junto a zonas boscosas de los municipios Gran Sabana, Piar, Pedro Chien, entre otros. (Prensa CIEV)

05 agosto 2009

¿Cómo sería la Tierra con 2ºC más?

BBC Mundo, Medio Ambiente

Imagen satelital de Europa

Con un aumento de 2ºC comenzaría a escasear el agua en el sur del continente europeo.

Uno de los temas que más ha sido objeto de debate en torno al cambio climático, además de la necesidad de reducir las emisiones de gases con efecto invernadero, es hasta cuántos grados se puede permitir que aumente la temperatura promedio del planeta para evitar consecuencias catastróficas.

A principios de mes, los líderes del G-8 reunidos en la ciudad de L'Aquila, en Italia, declararon formalmente -y por primera vez- que cualquier aumento de la temperatura provocado por la acción del hombre no debería superar los 2ºC en relación a las temperaturas promedio de la era preindustrial.

Sin quitarle mérito a esta iniciativa, es importante recordar que un aumento de 2ºC tiene, igualmente, consecuencias graves.

Con la ayuda del científico argentino Osvaldo Canziani, copresidente de uno de los grupos de trabajo del Panel Intergubernamenal de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), BBC Mundo le presenta un panorama de cómo sería la Tierra con 2ºC más.

El punto de referencia que se toma para medir este aumento es el período 1980-1999, que según los expertos del IPCC es la única referencia válida dado que antes de estas fechas no se disponía de datos estadísticos.

Efecto dominó

Islas Maldivas

Un aumento superior a los 2ºC significaría la desaparición de las Islas Maldivas.

Con respecto al tema del agua, habría una disponibilidad creciente en los trópicos húmedos, en latitudes altas.

Se produciría una 'africanización' de todo el sur de Europa, con sequías muy marcadas y falta de agua. La cuenca del Mediterráneo se secaría.

Las zonas de los desiertos se quedarían sin agua y las zonas áridas serían aún más secas.

Podrían experimentarse sequías graves en el sudoeste de Estados Unidos y México.

Otras regiones, en cambio, tendrían más agua, como por ejemplo el norte de Europa, EE.UU., Asia y Siberia.

En cuanto a la producción de alimentos, con un aumento de entre 2ºC y 3ºC baja marcadamente la productividad de los cereales en latitudes bajas.

clic Vea: Trigo y maíz S.O.S.

Por esta razón, un aumento de esta envergadura en zonas de altas temperaturas como África o India, reduciría notablemente el rendimiento por hectárea. Esto provocaría una tendencia a la hambruna en zonas de latitudes bajas.

Mientras tanto en las latitudes medias y altas se produciría un aumento en la productividad, pero esto cesaría si se exceden los 3ºC.

Los estuarios como el Támesis, el Río de la Plata, el Orinoco, la zona sur de EE.UU., la Florida y la zona del Mississippi sufrirían inundaciones. Esto significa que entre dos y tres millones de personas se quedarían sin suelo.

Buenos Aires

Ciudades como Buenos Aires o Montevideo tendrían problemas a raíz del aumento del nivel del mar.

Las islas del sudeste del Pacífico, como las Maldivas o Tuvalú, también se inundarían.

Ciudades como Lagos, Montevideo, Buenos Aires, y aquellas que están al margen del río Ganges en Bangladesh, por ejemplo, tendrían problemas vinculados al aumento del nivel del mar, que provoca la intrusión salina en la cuenca de los ríos y por tanto dificulta la captación de agua dulce.

Las inundaciones no se producirían sólo debido al aumento del nivel del mar por la expansión térmica sino también por la convergencia de las precipitaciones intensas y los cambios en la circulación atmosférica.

En cuanto a los ecosistemas, se correría el riesgo de una extinción creciente de hasta el 30% de las especies, no sólo por el aumento de la temperatura sino por la deforestación violenta que trae aparejada consecuencias laterales muy críticas.

La pérdida de los bosques, significa también la pérdida del hábitat de los animales (murciélagos, pájaros, etc.) que se comen a los mosquitos que transmiten enfermedades. Esto significa un incremento en los índices de males como el dengue o la malaria.

Las especies más gravemente afectadas serán los corales. El blanqueo de los corales producirá en consecuencia la acidificación de los océanos. Esto a su vez hace que los moluscos y los bivalvos pierdan su caparazón, ya que el ácido carbónico diluye el calcio.

clic Vea: ¿Tendrán tiempo los corales?

Por otra parte, aumentaría el riesgo de incendios naturales, particularmente en áreas donde se produce una sequía. La frecuencia y la intensidad de las lluvias también registrarían cambios.

Pesimismo/realismo

Polo Norte con 5ºC más: donde ahora hay hielo, sólo quedará agua.

Sin embargo, la mayoría de los científicos no cree que la meta de mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 2ºC pueda alcanzarse.

Hay quienes auguran un aumento mucho mayor, llegando incluso a los 5ºC, con consecuencias aún mucho más nefastas que las mencionadas en el comienzo.

A modo de ejemplo, éstas serían algunas: cientos de millones de personas más expuestas a la falta de agua, disminución de la productividad de los cereales en las "granjas del futuro" como Siberia y el norte de Canadá. Desaparición del 30% de los manglares y los humedales costeros, mayor vulnerabilidad en las costas, desaparición de las 700 islas de las Maldivas y la total pérdida del Polo Norte.

Debido al aumento notable de los migrantes ambientales y la enorme proporción de personas que se han quedado sin suelo, la tensión geopolítica marcará la dinámica en la escena internacional.

Calentamiento global, antes de lo esperado

Tierra

El estudio incluye entre sus variables la incidencia del fenómeno de 'El Niño', la actividad volcánica y el ciclo del sol.

Durante los próximos cinco años la temperatura promedio del planeta aumentará mucho más rápido de lo previsto, concluyó un estudio llevado a cabo por dos científicos estadounidenses, que atribuyen este aumento a la intensificación de la actividad solar.

Ésta es la primera investigación que evalúa a medio plazo el impacto en la temperatura global de cuatro factores: los gases con efecto invernadero, las fases del ciclo solar (cuya duración se extiende por 11 años), la actividad volcánica y el fenómeno conocido con el nombre de 'El Niño', que se produce aproximadamente cada cuatro años, cuando se calientan las aguas superficiales del Pacífico Central.

Según le dijo a BBC Mundo Judith Lean, del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos y co-autora del estudio junto a David Rind, del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, si 'El Niño' no gana fuerza ni se produce una erupción volcánica, "se acelerará el aumento de la temperatura a partir de ahora hasta 2014, aproximadamente, y desde esa fecha hasta 2020 tendrá lugar un período de temperaturas más bajas".

clic Vea: El regreso de "El Niño"

El estudio se dio a conocer poco después de que los climatólogos anunciaran que 'El Niño' había comenzado a tomar forma. Ello produjo cierta alarma por las devastadoras consecuencias que el fenómeno trajo en 1998, cuando provocó una serie de desastres naturales que causaron miles de muertes y cuantiosos daños materiales.

Si tenemos un 'El Niño' importante, en aproximadamente medio año se superarán las temperaturas récord alcanzadas en 1998

Judith Lean, autora del estudio

Entonces, ¿qué podría pasar si este año 'El Niño' cobrara la misma fuerza que en 1998?

"Si tenemos un 'El Niño' importante, en aproximadamente medio año se superarán las temperaturas récord alcanzadas en 1998", el año más caluroso del milenio, señala Lean.

"Sobre todo", agrega, "porque el contexto, diez años más tarde, es mucho más cálido debido a los gases con efecto invernadero. Aunque las temperaturas máximas, tomando en cuenta la actividad solar, dijo Lean, "podrían alcanzarse en 2015".

Menos argumentos para los escépticos

Sol

La actividad solar alcanzará su punto máximo en aproximadamente cinco años.

Otra de las conclusiones de la investigación hecha por tierra los argumentos de los escépticos, que niegan el cambio climático basándose en que en los últimos siete años las temperaturas no han registrado aumentos significativos.

"El hecho de que durante los últimos años la temperatura no haya mostrado un gran aumento no significa que el clima ha dejado de responder al incremento de los gases con efecto invernadero", le aseguró Lean a BBC Mundo. "El calentamiento ha tenido lugar, pero no se ha evidenciado por las variaciones naturales del clima".

Muchos se confunden y creen que si la temperatura no está aumentando, la tierra entonces no se está calentando por los gases contaminantes

Judith Lean

Entre estas variaciones naturales la científica menciona el bajo grado de actividad solar, la ausencia de 'El Niño' y la erupción de un volcán, que, cuando ocurre, provoca una disminución global de las temperaturas de 0,3º centígrados.

"La gente e incluso los científicos tienden a pensar que si los gases con efecto invernadero provocan calentamiento global, deberíamos registrar como consecuencia un aumento constante de la temperatura. Se olvidan de las variaciones naturales. Muchos se confunden y creen que si la temperatura no está aumentando, la tierra entonces no se está calentando por los gases contaminantes", explica Lean.

Complementarios, no contradictorios

Si como explica el estudio la temperatura aumentará más rápido de lo previsto en los próximos cinco años, ¿cometió un error en sus cálculos el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés)?

"En absoluto", aclara Lean. "El IPCC hizo una evaluación a largo plazo, concentrándose en lo que pasará al final del siglo. Nosotros en cambio pusimos el foco en una escala de tiempo más pequeña para ver lo que pasará en unos cinco o diez años".

La información no es contradictoria sino complementaria. Eventualmente, la temperatura aumentará en cien años, "pero en el medio, no va a continuar aumentando a un ritmo promedio", concluye Lean.

El estudio aparecerá en la publicación especializada Geophysical Resarch Letters.

21 julio 2009

Calentamiento global: La humanidad enfermará

La humanidad aparte de ver cómo se deshiela el Polo Ártico, la Antartida y los glaciales en las grandes montañas, en diferentes partes del mundo, sufrirá también en carne propia las consecuencias del calentamiento global, resultados que ya se aprecian en las ovejas y peces, por citar dos ejemplos en el mundo animal.

Las enfermedades, relacionadas con el consumo de agua y el parasitismo, problemas cardiacos y respiratorios, aumentaran como consecuencia del calentamiento de la Tierra, amenazando a toda la humanidad.

Los expertos en salud afirman que este cambio climático extendería la temporada de polen, lo cual aumentaría la presencia de garrapatas transmisoras de enfermedades en el norte de Europa.

El calor contribuirá a la mayor presencia y desarrollo de los mosquitos, causantes del dengue y paludismo, en gran parte del planeta, por lo cual miles de personas pueden morir si no son tratadas a tiempo en zonas de África y Asia.

Las olas de calor provocaran muertes en regiones donde el invierno y las temperaturas no son tan elevadas en la época estival. Por otra parte la presencia de partículas de polvo en el aire provocará alergias y aumento de enfermedades cardio-pulmonares, según ha alertado la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El desplazamiento de garrapatas pueden provocar la enfermedad de Lyme que produce erupción cutánea, inflamación articular y un cuadro similar a la gripe, y será otro de los próximos desafíos sanitarios a escala mundial.

También los seis mil millones de habitantes de este planeta pueden padecer otras dolencias por brotes de cólera y paludismo, al desarrollarse, por los cambios ambientales mutaciones en los parásitos y las fuentes de aguas no serán en gran parte potables.

El peligro del calentamiento global es alarmante y amenaza a todos. Hace falta voluntad política de los gobiernos y países desarrollados, apoyados en los estudios realizados por los científicos, quienes han llamado, junto a los políticos honestos y con visión de futuro, a poner freno al derroche de petróleo, y utilizan las llamadas energías limpias como la eólica y solar.

Las naciones ricas deben renunciar al desmedido consumismo para prevenir las amenazas contra la salud humana, ambiental y económica en el futuro inmediato.

Es tiempo de decidir para mantener viva a la humanidad y su planeta, único en el universo conocido hasta hoy.

13 julio 2009

Soluciones para el cambio climático

DECÍA Albert Einstein que no podemos pensar en resolver los problemas de la misma manera que cuando los creamos. Las soluciones para mitigar los efectos del cambio climático tienen que ser audaces, principalmente porque este gran problema medioambiental al que nos enfrentamos a nivel global ha de ser el elemento catalizador de las futuras transformaciones que se generen en nuestros modelos de producción y de consumo.

Esa búsqueda de soluciones presenta también muchos atractivos. Entre ellos, la puesta en marcha de centros de investigación que sirvan para generar conocimiento y estrategias en patrimonio natural, biodiversidad y cambio climático. En este contexto se enmarca el Centro Andaluz para la Evaluación y Seguimiento del Cambio Global que presentamos el pasado viernes y que nace con el propósito de servir de espacio para el análisis del cumplimiento de la Estrategia Andaluza por el Cambio Climático y la Sostenibilidad y también como ámbito de investigación multidisciplinar para la interacción de profesionales de los sectores universitario, empresarial y medioambiental.

El trabajo desarrollado hasta ahora en la Universidad de Almería, que cuenta con un número importante de grupos que realizan investigaciones del máximo nivel sobre climatología, balances de carbono y agua, ecología de zonas áridas, biología de la conservación, edafología aplicada, recursos hídricos, procesos kársticos o contaminación agrícola, es un argumento de peso que explica por qué las Consejerías de Innovación, Ciencia y Empresa y de Medio Ambiente han decidido que este Centro esté radicado en el Campus de La Cañada y que desde aquí se identifique, se evalúe y se analice la vulnerabilidad y la adaptación de nuestro patrimonio natural y de la biodiversidad andaluza a los efectos del cambio climático.

Cuando esté operativo, este centro se convertirá en un espacio de excelencia y referencia que impulsará la investigación entre la UAL y otras universidades y centros. Su puesta en marcha se inserta, además, en la política desarrollada por nuestra Universidad de impulsar los centros de investigación y de excelencia. Una política que está dando sus frutos porque hace dos años sólo contábamos con uno de estos Centros de Investigación; cuando concluya esta legislatura, la UAL dispondrá de cuatro o cinco.

En este lugar se deberán elaborar, además, las bases de una estrategia andaluza que permita mejorar la implicación de la ciudadanía en los procesos de cambio global. Ahí reside el futuro, en la educación de las nuevas generaciones. Trabajar en ello es lo inteligente.